Verano

El verano es la estación ideal para los paseos y para el trekking, que en esta parte de la región se puede practicar verdaderamente en todas partes, recorriendo centenares de senderos de todas las dificultades para alcanzar numerosos refugios o recorridos más arduos como por ejemplo los itinerarios entre valles: el número 102 sale desde Pont Suaz, en el municipio de Charvensod y llega hasta Champdepraz atravesando pasos, bosques, cañones y parte del Parque Regional del Mont Avic; el número 105 llega hasta los valles del Monte Rosa saliendo desde Porossan, por encima de Aosta, atravesando el cañón de Saint-Barthélemy.

Los que no solo aman caminar, pueden recorrer parte de la antigua Vía Francígena, el camino de la Peregrinación de Canterbury a Roma, que en el tramo valdostano desciende del Paso del Gran San Bernardo y siguiendo “le Chemin des Vignobles” llega hasta Saint Christophe, atravesando después la región en su totalidad hasta Pont-Saint-Martin, o elegir la Route des Salasses, carretera panorámica que une la zona del Gran San Bernardo con Saint-Nicolas.

Pila es, en verano, una meta privilegiada por los apasionados de mountain bike, que tienen a su disposición 12 itinerarios para el cross-country y un bike stadium de downhill y free ride. Y si todo esto no bastara, se pueden organizar paseos a caballo, descensos en lancha neumática por las aguas del río Dora Baltea, vuelos en globo aerostático, o transcurrir una jornada caracterizada por la aventura en el nuevo Park Adventure de Pila.

Invierno

Esquiar en Aosta significa esquiar en Pila, localidad de esquí a 1800m a la que se llega en sólo 17 minutos con una telecabina que permite recorrer rápidamente los más de mil metros de desnivel que separan los campos de esquí de la capital. Pila es un paraíso para los esquiadores más expertos y también para los principiantes, que en sus 70km de pistas tienen la posibilidad de transcurrir días inolvidables.

Pila es una meta privilegiada por los amantes del snow board, que pueden elegir las pistas más arduas o el equipadísimo snowpark para el freestyle y también por los esquiadores más pequeños, con un campo escuela dotado de cintas transportadoras y juegos para divertirse en  la nieve, área para bobsleighs y trineos, e incluso un parque de aventuras en la nieve.

Para los amantes del fondo, Saint-Barthélemy pone a disposición una pequeña pista al lado de la capital Lignan y, a 2000m de cota hacia el alto valle de Saint Barthélemy, las pistas denominadas “Gran Tor turístico” de 24km o la variante más larga, el “Gran Tor agonístico” de bien 30km. El territorio es muy soleado y permite esquiar en la más absoluta tranquilidad gozando de un espléndido panorama.

Los caminos de fincas y los senderos se convierten en invierno en óptimos itinerarios para paseos regeneradores y relajantes con las raquetas de nieve, una óptima alternativa al esquí que permite saborear plenamente la belleza del invierno alpino.