La naturaleza reina soberana en toda la región y da gran espectáculo de sí, desde las cumbres nevadas, a los bosques, a los pinares; en esta parte de valle central se vuelve particularmente dulce, se colorea durante el año con las hojas de los viñedos y de los castaños y el horizonte se convierte en una paleta de tintes cálidos que es un verdadero placer para los ojos y para el espíritu.

Los montes que costean esta zona tienen una altitud más modesta, como el Monte Zerbion, o el Tantané, el MonteBarbeston o el Mont Avic y son metas de excursiones abiertas a todos los que aman caminar y gozar de la naturaleza.

Los castañares, en particular, caracterizan la vegetación del último tramo del valle central que va de Montjovet hasta Pont Saint Martin y sobre todo Lillianes, conocido precisamente como el pueblo de las castañas, de las que es el mayor productor valdostano.

Diversas son las zonas naturales que en el valle central han sido consideradas de particular importancia, protegidas y salvaguardadas; la primera de ellas es el Parque Regional del Mont Avic, que se extiende por 5.700 hectáreas y comprende bosques de pinos unciformes, de pinos albar, de alerces y de hayas, praderas alpinas y diez mil espejos y cursos de agua, la reserva del Mont Mars rica en lagos y turberas y los arboretos “Abbé P.L. Vescoz” de Verrayes, primer experimento de reforestación efectuado en Valle de Aosta con especies exóticas en "La Borna di Laou" de Verrès y la Reserva del lago de Lozon, área de notable interés natural, vista la variedad de los ambientes presentes en un espacio bastante reducido.