Peaje de la autopista de Aosta Est y después enfilar la carretera nacional nº 27 en dirección al Túnel del Gran San Bernardo hasta Variney, donde hay que girar a la derecha en dirección a la Valpelline. Después se pasa por las poblaciones de Valpelline, Oyace y Dzovennoz. Desde este último, hay que subir hacia la izquierda en dirección a Rûz, donde termina la carretera transitable.

El Mont Gelé es una de las montañas más conocidas de la Valpelline y se yergue en la cresta que separa Italia y Suiza. El Mont Gelé y su gemelo Mont Avril son como dos columnas entre las cuales se encuentra el profundo valle del Colle Fenêtre Durand. La ladera meridional de la montaña está cubierta por el glaciar del mismo nombre a partir de los 2900 metros de altitud. El paisaje que se disfruta desde la cima es soberbio: se pueden contemplar muchas cimas del Vallese y las salvajes montañas de la Valpelline.

Primer día
Desde el pueblo de Rûz, continuar por la carretera agrícola de tierra que sale de la orilla derecha hidrográfica del valle y termina en las inmediaciones de la alzada Berrier (2192 m). En algunos tramos, todavía se puede disfrutar de los restos del hermoso sendero que se utilizaba antes de la construcción de la carretera. Desde los márgenes del rellano en el que se encuentran las cabañas de la alzada, arranca el sendero que dobla hacia la izquierda para después subir en diagonal y discurrir junto a una característica roca llamada “Lo Berrio de la Bosse”, de la que mana una fuente. Continuar después hasta llegar a la escarpada dorsal que da acceso al rellano herbáceo en el que se encuentra el refugio Crête Sèche.
Segundo día
Desde el refugio, el sendero continúa en dirección norte y discurre por el fondo del cañón; después describe algunas curvas que permiten llegar al borde del Plan de la Sabla, donde está el campamento Franco Spataro (2615 m). Tras atravesar el arroyo, recorrer la meseta sin sendero hasta poder enfilar el pequeño canal detrítico o nevoso que se encuentra a la izquierda. Al final se encuentra el Colle del Mont Gelé (3180 m).
Desde el paso, girar a la derecha para remontar la suave pendiente glacial y, dejando a la derecha el Col de la Balme, subir a las rocas que llevan a la cresta. En breve se llega a la cresta, que ofrece una grandiosa vista de la salvaje cresta del Morion y de las cimas del Vallese.
Descenso: por el itinerario de subida.

La actividad requiere experiencia de alta montaña y es aconsejable ir acompañado por un guía alpino.