Desde el peaje de la autopista de Aosta, tomar el túnel en dirección al Gran San Bernardo. Desviarse a la derecha para Valpelline, hasta pasarlo, y continuar hasta Bionaz. Tomar a la izquierda hacia la presa de Place Moulin, donde se puede aparcar.

El refugio Aosta está situado al final del pequeño cañón que conduce hasta la Tête de la Valpelline. Se trata de una cuenca todavía salvaje que merece un viaje quizás más espiritual que “solamente” de ocio.

Desde el estacionamiento de Place Moulin se continúa por el camino sin asfaltar que empieza con una pequeña rampa para continuar en llano bordeando todo el lago artificial (5 km), hasta llegar al refugio Prarayer (2005 m).
Desde el edificio se continúa por el cañón siguiendo el camino 10A, sin tener en cuenta los caminos que suben hacia la derecha (primero para el cañón de Livournea y después para el pasto alpino Bella Tsa), que sube por la izquierda, donde se encuentra con un majestuoso alerce de quinientos años con una altura de más de 24 metros. A continuación el camino recorre el cañón principal, de gran longitud, hasta llegar a una pasarela a 2520 m de altitud. En este punto, en lugar de continuar hacia el fondo del cañón (antiguo camino con equipamientos pero ahora peligroso por la caída de seracs) dirigirse hacia el este en dirección a una gran morrena, para subirla y recorrerla por el borde hasta el cruce con el cañón del glaciar de la Tete de Valpelline. Después de un breve descenso, volver a tomar el camino que, con pequeñas curvas, llega hasta el Refugio.