“…Este mundo caerá en el abismo el día en que dejen de existir los jinetes…”

La previsión de Michelet es quizás un poco catastrófica, pero indudablemente el senderismo a caballo es hoy una actividad muy difundida y en crecimiento constante; no hay peligro de que se cumplan las previsiones apocalípticas.

En otros tiempos, ir a caballo no era un hobby sino una forma de locomoción; la mayoría de las veces se cabalgaba al galope y, como nos recuerdan los westerns, las antiguas diligencias barrían la arena del desierto a toda velocidad. Hoy hacer turismo ecuestre consiste también en el placer de irdespacio.

Un día a caballo equivale aproximadamente a media hora o cuarenta minutos de automóvil, y avanzar lentamente permite apreciar mejor el ambiente y los detalles. El paseo a caballo es una de las mejores maneras de vivir la naturaleza sin alterarla.

Para estas actividades, en Valle d’Aosta hay numerosos centros de equitación especializados.