El valle del Gran San Bernardo era ya importante en época romana, como lugar de tránsito hacia la Helvetia, y todavía se pueden ver restos de la calzada romana, habilitada para el transporte en el siglo I d.C., en el paso que lleva hasta Suiza.

Del periodo medieval se recuerda la importancia del Hospicio, al que se unió el "Château Verdun", edificio del siglo X sito en el municipio de Saint-Oyen, donado por Amadeo III de Saboya a los Canónigos del Hospicio del Gran San Bernardo, que lo usaron como puesto de espera. El edificio, que posee características arquitectónicas y objetos de gran valor, se destina hoy a la estancia de personas y grupos en búsqueda de tranquilidad y espiritualidad.

Son numerosas también las residencias de familias nobles propietarias de los varios feudos repartidos por la zona: el castillo de los señores de Bosses en Saint-Rhémy-en-Bosses, la casa Ayez en Allein, la torre de Gignod, la Tornalla de Valpelline y la de Oyace, única torre de planta octogonal, que según la leyenda fue construida por un grupo de Sarracenos huidos a aquel lugar.

Una atención particular merece el burgo medieval de Etroubles. Un paseo por las viejas callejuelas de piedra, las espléndidas fuentes en las que borbotea el agua fresca que baja del Monte Vélan, las antiguas viviendas recientemente restructuradas con piedra local y los techos en losa, el enorme campanario del siglo XV y la iglesia del siglo XIX con espléndidos frescos, son ideales para pasar algunas horas en libertad.