El castillo es un conglomerado de varios edificios separados en el interior de un recinto fortificado que se adapta al contorno natural de un difícil barranco rocoso.
El torreón que se yergue en el punto más elevado de la roca, la disposición funcional de los edificios, la presencia de la capilla y el sinuoso recorrido interior que comunica las partes indican que aquí hubo ya una fortificación de tipo primitivo o germánico, aunque los edificios actuales datan de períodos más recientes, al igual que las primeras fuentes narrativas, que datan su origen a finales del siglo XII (1185 aproximadamente).
Tras la muerte de Enrico di Quart, en 1377, el castillo y el feudo pasaron a los Saboya, quienes en 1550 lo cedieron a Filiberto Laschis; este lo revendió casi inmediatamente a los Balbis. En el siglo XVII, el castillo perteneció primero al conde Nicola Coardo y después a los Perrone de San Martino, que lo cedieron al municipio de Quart en el siglo XIX.

Las trabajos de restauración