Cómo llegar

La carretera del paso, por lo general, es transitable de comienzos de junio a finales de octubre.

Descripción del recorrido

Apenas pasados los edificios de la antigua aduana italiana, sobre los prados del lado derecho se pueden ver los primeros testimonios de la presencia romana en el puerto, llamado entonces Alpis Graia: se trata de las ruinas de la mansio oriental, encontrada y restaurada a fines de los años 20. La extensión de los muros del perímetro da a entender el tamaño que debía de tener este edificio de planta rectangular, formado por una serie de habitaciones que rodeaban un cortijo central, unido mediante un pórtico a la calzada romana de las Galias, cuyo trazado transcurría en paralelo a la carretera actual, por su derecha. La “mansio” servía de almacén y de alojamiento a viajeros y militares. Adyacente y por su exterior, justo al borde de la calzada actual, se encuentra un pequeño templo, el fanum gallo-romano, tal vez consagrado a una divinidad celta, dada la costumbre de los romanos de conservar los cultos locales de las poblaciones sometidas al imperio.

A pocos pasos, existen vestigios a todas luces más antiguos: el “cromlech”, gran círculo de 46 piedras incrustadas en el suelo a 4 metros de distancia la una de la otra, justo sobre la línea de frontera entre Italia y Francia, señala la presencia de hombres en el valle en la época prerromana, incluso hoy no es posible precisar la época exacta de su construcción.

Tras la antigua aduana francesa, a la derecha, se eleva un edificio de época romana, también relacionado con la calzada de las Galias, construido, al igual que la mansio oriental, con el cortijo rodeado de las habitaciones. Sin embargo, en este caso el elemento sagrado parece prevalecer sobre el uso común. En efecto, aparte del sacellum para el culto, separado de los demás ambientes, en la construcción se descubrieron un busto de plata de Júpiter Doliqueno y algunas tablillas votivas de agradecimiento, restos conservados hoy en el Museo Arqueológico de Aosta.

Durante toda la Edad Media, el puerto llevó el nombre de Júpiter. La columna de mármol de 4,5 metros de altura situada en el lado opuesto de la carretera, que proviene del santuario y se llama “Columna de Joux”, dio lugar a que el paso se llamase “Mons Minoris Iovis”, y que el hospicio de San Bernardo se nombrase en los documentos como “Hospitale Columne Jovis”. Hoy en día, la columna sirve de pedestal a la estatua de San Bernardo, que fué erigida en lugar de un monumento a Júpiter, demolido por San Bernardo mismo para abatir los símbolos del paganismo.

El hospicio, fundado en el siglo XI, fué repetidamente destruído por guerras y incendios, pero siempre fué reconstruido. Fué abandonado después de la Segunda Guerra Mundial a causa de los violentos bombardeos subídos; en 1993 su reconstrucción empezó. Actualmente, además de alojar la Oficina Internacional de Información Turistica, acoje el Museo de la historia del Paso, de la Valdigne y de la region de Saboya.