Algunos itinerarios de raquetas de nieve

Continuar por la carretera que lleva al Observatorio Astronómico del Valle de Aosta. Tras dejar atrás la señal que informa de los principales itinerarios que salen de Lignan, subir por el sendero de los planetas, es decir, el breve tramo de carretera que lleva al observatorio y muestra una serie de paneles explicativos dedicados a los planetas del sistema solar. La carretera se convierte en una pista nevada y comienza a subir la soleada ladera en dirección a Lignan. Dejar atrás un ligero poyo mientras al frente va apareciendo la interesante pared sudeste del Mont Faroma; tras un tramo de subida más suave, se llega a un conjunto de barracas de donde sale una pista en dirección a Comba di Chaleby. Se llega a las primeras alzadas de Place y el recorrido comienza a subir. Dejar atrás los caseríos renovados de Place de Meiten y continuar el ascenso por la pendiente nevada bordeando un bosque de alerces hasta llegar a Mayes. Atravesar una franja de alerces y llegar en breve a las ruinas de Fontaney. Continuar siempre en diagonal hacia la derecha dejando atrás una segunda franja boscosa hasta llegar a la margen del hermosísimo prado nevado: girar a la izquierda y dejar atrás los últimos alerces solitarios para sumergirse después en un ambiente de belleza única, un mar blanco al pie del Mont Morion. Remontar la pendiente en dirección a una señal que destaca en el blanco: desde aquí, girar ligeramente hacia la izquierda y, tras dejar atrás algunas formaciones, aparece la alzada. Tras un último y breve esfuerzo se llega a la Tsa de Fontaney.
Desde la alzada, se puede disfrutar de un panorama muy interesante: desde los hermosos perfiles a contraluz del Mont Emilius y la Becca di Nona hasta las cumbres glaciales del Monte Rosa.

Dejar el coche en las inmediaciones de la señal de la C.V.A. (Giri d’Energia) y enfilar el sendero de verano siguiendo las indicaciones de una serie de señales que indican los itinerarios que pasan por la Cuenca de By. Subir por la pendiente, casi siempre por sendero batido, siguiendo la bien visible empalizada que acompaña el sendero de verano y lo hace muy fácil de seguir. Al llegar a una formación, bajar durante un breve tramo para después volver a subir lentamente hasta la alzada de Pont. Tras dejar atrás la alzada y el característico “acueducto” (un tubo metálico sostenido por imponentes columnas de piedra), seguir las indicaciones para By y bajar brevemente hasta un puente que deja atrás un arroyo casi helado. Desde aquí, comenzar a subir de nuevo atravesando un pequeño grupo de alerces; continuar por el sinuoso sendero que lleva al pie de las alzadas de Crottes. Tras dejar atrás las alzadas (en realidad, se pasa por debajo de ellas), continuar en diagonal hacia la izquierda hasta llegar de nuevo al poco espeso bosque de alerces; desde aquí, comenzar a subir de nuevo con una larga serie de curvas al tiempo que se gana altura hasta cruzar de nuevo la divisoria, esta vez a la derecha, y llegar a un pequeño promontorio rocoso. Rozarlo y, siguiendo la empalizada, se llega a un pequeño balcón en los límites inferiores de la cuenca de By: un último y pequeño esfuerzo y se remonta la divisoria desnuda hasta llegar a la pequeña capilla de la Madonna degli Alpinista, situada en las inmediaciones de la cuenca de By.
Continuar ahora por entre la iglesia y una construcción rural en dirección hacia la casa Farinet, a la que se llega pocos minutos después. Tras una breve parada, continuar hasta encontrar una señal que ya resulta visible desde la casa: girar a la izquierda, dirigiéndose ahora hacia el pueblo de By. Continuar por la carretera de verano, que resulta claramente visible en invierno, en dirección norte-noroeste cruzando una divisoria muy laboriosa en caso de que la nieve no sea perfectamente estable. Tras superar esta diagonal, aparecerá ante nosotros el minúsculo pueblo de By inmerso en la espléndida cuenca del mismo nombre y rodeado por impresionantes cimas, de las Molaires du Valsorey a la Tête Blanche.

Tras dejar el coche, dirigirse hacia el pueblo de Fonteil por la carretera que pasa por entre las casas. Tras atravesar el pueblo, se llega inmediatamente a una señal: enfilar un sendero que se desvía hacia la izquierda y permite cruzar un tramo de la carretera rural. Tras volver a la pista, recorrerla subiendo hacia la derecha y atravesando el bosque de abetos, tras el cual se llega al tramo inicial de la Comba Dèche. En este tramo, la subida es más bien fácil y se llega rápidamente a unos caseríos que están bajo la Becca d’Aveille. Tras dejar atrás los caseríos, continuar por la pista nevada hasta llegar a una alzada solitaria a la altura de una curva: se trata del Alpe Cré. Dejar la pista que continúa en línea recta y girar hacia la izquierda; comenzar a subir con una mayor inclinación y, tras unas cuantas curvas pronunciadas, se consigue ver Brunier: no hay que dirigirse hacia las casas, sino girar a la izquierda y adentrarse en el bosque. Dejar atrás un desvío a la derecha y llegar a Flemagne. Dejar atrás las ruinas mientras se va abriendo la espléndida vista de los montes del valle central, entrar de nuevo en el bosque mientras la pista se curva lentamente hacia la derecha hasta llegar a una explanada en la que parece terminar: aquí se enfila, hacia la derecha, una pista que se adentra en el bosque. De aquí en adelante, el recorrido resulta a veces poco visible, sobre todo cuando no hay trazado; hay que continuar hasta un pequeño rellano de unos 1900 m de altitud y, desde aquí, seguir una pequeña formación morénica que transcurre por el interior del bosque. Ganar altura a medida que se abandona la dorsal y girar ligeramente hacia la izquierda hasta llegar a un primer punto panorámico con excelentes vistas del Mont Emilius; tras este pequeño tramo en un claro, entrar de nuevo en el bosque describiendo una larga diagonal hacia la derecha, al final de la cual hay que girar a la izquierda y seguir subiendo por entre el espeso bosque de abetos. El bosque va poco a poco perdiendo altura; poner rumbo a la cima y comenzar a bajar por la pendiente hasta llegar a un hermoso claro: la meta ya está cerca; solo falta un breve tramo de subida para llegar a la Cruz de Fana (2212 m).
Desde la cima, el panorama de la cuenca de Aosta es espléndido, al igual que la vista aérea de la capital regional.

Después de haber dejado el coche en la aldea de Chanavey en el parking en frente del Centro de visitantes del Parque Nacional del Gran Paraíso cruzar el puente y seguir por unos metros. El sendero empieza a la derecha, costeando el río. El itinerario se desarrolla a la izquierda orográfica a lo largo del curso de la Dora hasta llegar a Bruil. Después de unos centenares de metros el itinerario sube a lo largo de la Alta Via n. 2 y llega al camino del antiguo canal de riego llamado Grand Ru. Después de haberlo tomado a la izquierda, el sendero es llano en el bosque hasta llegar a un cruce donde se empieza a bajar para llegar de nuevo a Bruil. El mismo sendero hecho a la ida vuelve en Chanavey.

Desde Pellaud, continuar por la carretera que lleva a Thumel bordeando, unos minutos después, la Doire de Rhêmes. Tras unos 20 minutos de camino, llegar al aparcamiento de verano que se encuentra antes de Thumel. Continuar hasta Thumel y después tomar el sendero 13. Tras pocos minutos de subida, se llega a la garita del guarda del parque. Continuar avanzando bajo unas rocas hasta llegar a una amplia terraza: desde aquí, continuar en un recorrido plano hasta descender hacia el canal del arroyo de Barmaverain; tras este, continuar por el sendero de verano que transcurre por la divisoria, a media ladera, hasta llegar a las ruinas de Barmaverain. Tras haber disfrutado de una espléndida vista de la Granta Parei, se llega a una breve pendiente nevada que bordea las gargantas formadas por la Doire de Rhêmes (prestar atención en este tramo). Tras la pendiente, recorrer nuevamente un tramo casi plano que, en breve, llega a las inmediaciones de las obras de la presa de la pequeña central hidroeléctrica de Thumel.
El itinerario continúa subiendo ligeramente mientras, poco a poco, va apareciendo el refugio. Atravesar el Doire de Rhêmes y continuar por la derecha orográfica a media ladera hasta llegar a las mesetas que están bajo el refugio. La meta ya está cerca: tras haber recorrido un largo tramo rectilíneo, se llega de nuevo a un pequeño cañón y poco después se llega al refugio Benevolo.

Después de haber dejado el coche cerca de la iglesia parroquial encaminarse a lo largo de una calle quel lega hasta e lincio del camino de la finca. Después de algunos menutos tomar a la derecha y después las indicaciones para Verrogne, hasta llegar en Le Coveyrand. Después de dos curvas cerradas y una media ora de camino se encuentra el casarío de Ronc: continuar por un trozo que es relativamente recto. Después de esta parte, tomar a la izquierda e internarse en un espeso bosque de alerces. El itinerario termina en la aldea de Vérogne desde el que se puede admirar un maravilloso panorama sobre el Mont Fallère.

Desde Druges Hautes, encaminarse hacia las casas del pueblo: desde aquí arranca un trazado (a menudo batido por trineos a motor) que se adentra en los bosques. Sortear los caseríos por la derecha y continuar hasta encontrar la señal de prohibición de tráfico de la carretera rural que lleva a las alzadas de Fontaine Froide. Subir por el bosque de alerces y abetos dejando atrás un primer tramo bastante escarpado; después, un poco más adelante, el recorrido se vuelve ligeramente más plano; tras dejar atrás una curva, se llega a un pequeño chalé de madera. La subida continúa por un largo tramo rectilíneo que lleva bajo los pastos de Fontaine Froide. Con dos amplias curvas, la carretera llega a la altura de los caseríos: aquí es obligada una parada, puesto que la vista del Cervino y de todo el grupo del Monte Rosa es, verdaderamente, inolvidable.
Continuar girando a la izquierda por encima de las alzadas; el recorrido, que no sale del bosque, continúa con un desnivel constante hasta llegar a un pequeño claro plano donde se puede ver una señal de madera que indica el Alpe Bren: desde aquí, se puede vislumbrar la cima nevada del Mont Roux. El trazado se desvía hacia la frontera con el Valle della Clavalité y llega a un nuevo claro desde el que se disfrutan de interesantes vistas de las cimas orientales de esta salvaje vaguada. En pocos minutos, se llega al Alpe Bren y su característico Cristo de madera. Continuar hacia la meta: tras un cuarto de hora de camino subiendo suavemente, se llega a los caseríos de Prapremier (2011 m).
Desde las alzadas se disfruta de una interesante vista panorámica, un poco más reducida que la de Fontaine Froide, pero con toda probabilidad quedará compensada por el silencio que vuelve este lugar tan fascinante.

Remontar la pista que se curva inmediatamente a la derecha, situándose en los amplios pastos que están bajo Thoules. Atravesar la amplia extensión nevosa siguiendo las señales del recorrido con raquetas de nieve. Dirigirse hacia la alzada, a la que se llega bastante rápidamente. Desde Thoules, girar hacia la derecha por una pista nevada que se introduce en el cañón de Méod siguiendo la curvatura del impluvio. Algunos tramos se ven dificultados por la inclinación causada por los depósitos de nieve. Enseguida se llega al amplio cañón que está ante la alzada de Loé: atravesarla cortando en llano hasta llegar a una pasarela que permite cruzar el arroyo de Verrogne. Al llegar a la izquierda orográfica, realizar varias vueltas hasta llegar a la larga alzada de Loé.
Siguiendo las indicaciones de una señal, subir por la cuesta que está sobre a la alzada, dirigiéndose hacia la derecha, hasta llegar a una pequeña meseta con hermosas vistas. La vegetación es bastante descarnada y permite evaluar bien el recorrido a realizar. Continuar ahora, en un recorrido libre, subiendo por la escarpada pendiente que lleva al filo de la amplia dorsal que lleva a la cima: este tramo es muy fatigoso y ha de ser realizado cuando las condiciones de la nieve sean ideales. Al llegar a la divisoria, se vislumbra la cima: continuar ahora hacia la derecha, bajando durante unos cien metros hasta el pie de un pequeño paso que está ante la cima; desde aquí arranca el último tramo: hay que girar por la izquierda de un gran gendarme para después subir por la amplia cresta hasta la cima de la Becca France.

Itinerario bastante técnico, puesto que atraviesa algunos lugares en los que es necesario tener una buena experiencia en diversos terrenos: por lo tanto, se aconseja este recorrido a los excursionistas expertos.

Desde Vétan, subir por la pista batida hasta llegar al caserío aislado de Chatelanaz. Continuar a subir por la pendiente, que alterna tramos escarpados y otros más suaves, siguiendo siempre la pista batida por el gato de la nieve. Ir ganando altura con algunas curvas hasta llegar a las inmediaciones de unos impluvios muy frecuentados por los snowboarders. Continuar dejando a la derecha los caseríos de Grandes Arpilles y subiendo por la pendiente en un recorrido libre mientras la vegetación se va haciendo menos espesa y finalmente desaparece. El recorrido se vuelve más escarpado hasta llegar a la cresta, a la altura de la cima secundaria. Recorrer la cresta bajando ligeramente para volver a subir después en dirección a la cumbre, donde hay una cruz de madera.

Continuar en dirección oeste por la pista nevada subiendo ligeramente y dejando a la izquierda el viaducto cubierto de la carretera que va hacia el túnel del Gran San Bernardo. Al llegar a la pista de regreso que se dirige a la salida de los remontes de Crévacol, continuar siempre recto hasta entrar en el amplio pasto nevado de Plan Praz. Se verá, a la derecha, una pista marcada con señales específicas: enfilarla, invirtiendo prácticamente el sentido de la marcha, y continuar por el Ru d’Arc. El recorrido es plano y pasa junto al hermoso caserío de Henvy; un poco después de un giro hacia la izquierda, se atraviesa un tramo un poco más escarpado (es el único momento con cierta dificultad) y después se toma la cómoda pista que conduce enseguida a las ruinas de Chantel desot. Entrar en el bosque y cruzar una nueva pista: girar hacia la izquierda y recorrer un hermoso tramo de bosque. A la salida del bosque, se llega a los caseríos de Chantel damon, situados en un pequeño claro. Entrar de nuevo en el bosque y seguir subiendo ligeramente entre alerces cargados de líquenes. Llegar a una pista, atravesarla y continuar siguiendo las indicaciones para el bar. Terminar la subida saliendo del bosque y llegar a las alzadas de Arp du Jeux (1970 m), situadas poco antes de las pistas de esquí.
El regreso se realizará por la misma ruta de la ida, o bien bajando en línea recta hacia el fondo del valle hasta llegar a la pista recorrida a la ida; desde aquí, desandar el itinerario hasta el aparcamiento.