Accesible entre julio y septiembre, es una ruta que requiere esfuerzo pero es apta para los excursionistas bien entrenados; ofrece una experiencia inolvidable, de Italia a Suiza de refugio en refugio a través de valles alpinos con grandiosos panoramas sobre las elevadas cimas que lo rodean. El itinerario se desarrolla a lo largo de unos 100 Km, a una altura que oscila entre los 1.300 y los 2.800 m, y se puede recorrer en unos 7 días de caminata.
El trazado entra en el Valle de Aosta por el Paso del Gran San Bernardo (2.450 m), un acogedor punto de descanso construido en 1050 y gestionado por los canónigos de San Bernardo, sitio famoso por sus perros y por el Hospicio. Después baja hasta la aldea de Saint-Rhêmy-en-Bosses, recorriendo la conocida Via Francigena, y a continuación prosigue hacia los territorios de Saint-Oyen o de Etroubles, para adentrarse en el cañón de Menouve hasta el Alpe Pointier. Desde aquí comienza una escarpada bajada hacia el Col di Champillon, que divide los territorios de Etroubles y Ollomont. Tras la colina, el sendero pierde altura rápidamente, ofreciendo espléndidas vistas sobre el Grand Combin, y llega al refugio Létey, para después dirigerse al Col Fenêtre Durand, por donde entra nuevamente en territorio helvético. En Suiza, el trazado llega a las proximidades del lago de Mauvoisin y gana de nuevo altura hasta el Col des Otanes. Tras varias subidas y bajadas, sube nuevamente hacia el Col de Mille para llegar finalmente a Bourg-Saint-Pierre; desde aquí avanza hacia el lago artificial de Toules, donde comienza la subida hacia el Colle del Gran San Bernardo.